Entre las secciones de un supermercado, la de los vinos supone uno de los retos más grandes para el consumidor. Ante filas de botellas interminables, etiquetas con nombres altisonantes y decenas de procedencias tanto autóctonas cómo internacionales, los criterios para comprar un producto de calidad no son exactas. Gastar mucho dinero comporta saborear un buen producto, esto es así, a pesar de que no es estrictamente necesario: hay vinos que se merecen un lugar a la mesa a pesar de que cuestan poco más de un euro. Entender cuáles son no es fácil. Así que el enólogo y escritor valenciano Joan C. Martín ha redactado una guía para ayudar el consumidor a llevar a cabo esta tarea: Los Supervinos 2015 clasifica 150 vinos cuyo precio varía desde poco más de un euro hasta menos de 14.
¿Cómo se distingue, entonces, un buen vino entre los muchos que ocupan los estantes de un supermercado? “Hay que revisar los estantes de izquierda a derecha y de arriba abajo. Las estanterías más cerca del suelo, donde acaban los vinos con menos circulación, esconden a menudo productos interesantes. Y hay que leer las etiquetas: uno de los criterios que hemos usado para clasificar los vinos en la guía es la información que ponen las bodegas: si es exhaustiva, ayuda, por ejemplo, a entender por qué la diferencia de precio entre dos vinos la marca el mayor valor de un envase respecto de otro y no el producto en sí”, asegura Martín, que procede de una familia de viticultores de la provincia valenciana y que, después de una vida al mundo del vino, hoy es director de la asociación Aula Vinícola.