Las bodegas un negocio inmobiliario al alza

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En los últimos tiempos estamos experimentando un crecimiento increíble y gradual en la apertura de bodegas que ofrecen vinos de todo tipo y alta calidad a sus clientes. Y es que la cultura del vino es ya un hecho que cada año engancha a más y más gente, siendo incluso el turismo vinícola uno de los principales motivos de muchas personas a la hora de fijar sus vacaciones. Por eso mismo, muchos emprendedores han sabido ver el negocio en el asunto y han decidido a abrir su propia bodega aprovechando el tirón del fenómeno en los últimos años. Sin duda, la demanda en estos momentos está superando la oferta, por lo que localizar tu negocio en una zona donde no se ofrezca este servicio es casi una garantía de éxito asegurado.

Inversiones en negocios inmobiliarios

Se calcula que la inversión media a la hora de abrir un negocio de este tipo ronda los 40.000 euros, una cifra que está muy por debajo de otros tipos de negocio florecientes en nuestro país. Tras la compra o alquiler de un local lo suficientemente grande para albergar la variedad de productos que deseemos ofertar al cliente, está el paso del alquiler o compra de viñedos. Por supuesto, hay zonas más caras que otras, siendo las más deseadas toda la zona de La Rioja o Ribera de Duero, como es lógico. Sin embargo, hay muchos otros lugares de nuestro país que desde el que abastecernos de la uva necesaria para fabricar las diferentes variedades de vino, como cabernet, tempranillo, sauvignon, bobal, merlot, etc. Por ello, en la bodega quedaría el trabajo de producción y embotellado.

Lo cierto es que cada vez más personas deciden fabricar su propia cerveza o su propio vino, pero no es bueno crear falsas esperanzas y decir que es todo tremendamente sencillo y lucrativo. Hay muchos comerciantes y productores de vino que, pese al buen momento que está viviendo el mercado en estos momentos, se encuentran con que el negocio no es rentable si no se llega al mínimo de elaboración entre 4.000 y 10.000 botellas al año, ya que a más botellas producidas, menor es el coste unitario de inversión por cada una de ellas. Puede que este rango sea poco específico, pero hay que tener en cuenta otros factores para poder acotar esta cifra a límites más cercanos. Sin embargo, esto nos puede dar una idea bastante aproximada del nivel de producción que debemos mantener en nuestra bodega.

De modo que para todos aquellos aficionados a la enología que decidan abrir su propia bodega y ponerse a producir vino para vender, es importante localizar el negocio en una zona de interés con la visibilidad suficiente para que el cliente pueda acceder sin problema alguno. Después, el proceso de fidelización es algo que dependerá en gran medida de la calidad del vino que comercialicemos y la atención que pongamos al negocio en sí. El entusiasmo y la pasión son dos ingredientes importantes a la hora de abrir una bodega de vinos.